Desde finales de julio, Roma II ha adquirido un nuevo y preciado tesoro. Además de todos los amigos, a partir de ahora tendremos botellines para refrescarnos en los momentos de cansancio y desesperación. Es en esos momentos acudiremos al efecto reanimador del agua de los botellines.
Como dijo un gran sabio: "Eso no son botellines, es agua". Efectivamente. Si no existiera el agua, los botellines tampoco existirían.
Además, cada botellín es único. Pues la inscripción de Roma II les hace tener un valor inigualable a los de cualquier otro equipo ¡Que tiemblen las aguas de los rivales!
No hay comentarios:
Publicar un comentario