CFA ROMA II. Club de fútbol de amigos Roma II. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Quién descubre la verdadera amistad, se encuentra con un tesoro.

domingo, 16 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad!



Querido equipo, socios, aficionados y seguidores! Amigos todos!

Roma II os desea una ¡¡FELIZ NAVIDAD!!

Hasta el viernes 11 de Enero no volveremos a tener partido de liga. Pero no os preocupeis, porque ya organizaremos algunos partidos amistosos para bajar los turrones navideños y ponernos en forma para la vuelta!

Sed felices y comed perdices!!
Roma II

lunes, 10 de diciembre de 2012

Los 6 magníficos (El debut de Luis Torrelles, en primera persona)

La situación era desesperada. A tan sólo 5 minutos del partido solo 3 miembros del equipo se encontraban en Maddock, y afortunadamente al inicio del partido ya eran 6 los integrantes del equipo que habían hecho acto de presencia: Gilabert, Freixes, Pujol, Pich,  Juanca y un servidor, Torrelles. Contábamos con dos grandes apoyos morales en las gradas, por eso: Ignacio Martínez e Íñigo
 Así pues, 10 minutos tarde, dio comienzo el partido. Éramos uno menos (6 vs 7), pero envalentonados por nuestro fantástico sentido del humor comenzamos el partido, con esa inferioridad numérica. La intensidad era alta, probablemente debido al implacable frío que en pocos minutos había calado hasta los huesos de la gran mayoría de los jugadores del equipo (los que tienen más grasilla se quedaron con las ganas).
Los minutos pasaron, y los goles se encajaron. Uno detrás de otro. Era una fiesta, una fiesta para el equipo rival. Los futbolistas dimos todo lo que pudimos y más, y tuvimos alguna que otra ocasión, pero la superioridad física de los adversarios se hizo patente a los pocos minutos.
Al finalizar la primera parte, el marcador reflejaba un contundente 8-0. En contra (por si acaso alguien se hacía ilusiones). Pero no perdimos la ilusión del primer momento, y con una mezcla de picardía y desvergüenza digna del mismísimo Urdangarín, les pedimos que nos cedieran un jugador para jugar en igualdad numérica.
Así pues, comenzamos la segunda parte con fuerzas renovadas y un nuevo punta que prometía un gran juego arriba. Y así, los minutos pasaron, ya al poco rato llegó el milagro. Fernando Gilabert estrelló la pelota contra la red en una fantástica jugada de equipo. Ese gol fue el elixir que causó la euforia colectiva, hasta que nos dimos cuenta de, que desde que había comenzado la segunda parte, habíamos encajado 5 goles. ¡Pero qué narices, a tomar por saco, habíamos marcado!
A medida que avanzaba el partido el frío se hacía cada vez menos soportable, y las temperaturas causaban en algunos jugadores problemas de circulación. A los pocos minutos, la magia volvió a surgir y Gila encontró la portería de nuevo. ¡12-2, ya estábamos más cerca de la remontada!
Y al final, el tercer gol llegó, de la mano del que aquí escribe. En una jugada a balón parado la pelota acabó entre mis piernas, dentro del área, y sin pensármelo dos veces chuté. El esférico salió disparado con la potencia de un pedo mal tirado, y llegó a las manos del portero prácticamente muerta. Pero ahí, en esos momentos en los que yo ya daba el balón por perdido, la providencia hizo que al portero de diese un ataque esquizofrénico momentáneo y el balón se le escurriese de las manos y entre las piernas cual churro fláccido. Una cantada como una catedral, vamos.
Ese gol fue celebrado como la guinda del pastel. Corrí lo que no había corrido en todo el partido por el campo gritando como un burro. Y en fin, eso mosqueó a los miembros del otro equipo que en la siguiente jugada nos marcaron un gol tal cual sacaron desde el punto central.
El partido acabó, y yo que sé cuál fue el resultado final, perdí la cuenta bastantes minutos antes. De todas formas, el humor triunfó y las buenas sensaciones del partido aun perduran hoy (sí, sigo con unas agujetas que no puedo ni sentarme).
¡Gracias a todos!